El diputado Miguel Martínez, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), se vio forzado a emitir un comunicado para aplacar la tensión generada tras calificar de «colorratas» a sus colegas de la bancada de Honor Colorado durante un acalorado debate en la Cámara de Diputados
La expresión provocó un fuerte malestar en el sector colorado, que incluso consideró aplicar sanciones al legislador.
En su declaración, Martínez aseguró que su intención «nunca fue agraviar» y que sus palabras se dieron en el fragor de la discusión parlamentaria. Sin embargo, el legislador no se amparó completamente en la disculpa y reafirmó su postura de representar a «miles de paraguayos cansados de la hipocresía y la doble moral».
Sus declaraciones iniciales, que utilizaban el término «colorratas» —una mezcla peyorativa de «colorado» (en referencia al Partido Colorado) y «rata» (connotando ladrón o persona deshonesta)—, le valieron el riesgo de una sanción, lo que lo llevó a retroceder en la virulencia de sus expresiones para salvaguardar su puchero (su privilegio y su posición política).
La situación pone de manifiesto la delgada línea entre la libertad de expresión, el riesgo de perder su privilegio en su estatus en el ámbito político, especialmente cuando están en juego sus beneficios Fuente
