Un hecho conmocionante se registró en Ciudad del Este con el caso de Richard, un joven de 24 años que sufrió un grave accidente en motocicleta y fue trasladado al Hospital Regional. Tras un fuerte golpe en la cabeza, los médicos declararon muerte cerebral, una condición irreversible. La familia, de escasos recursos, gestionó la donación de un ataúd con ayuda del concejal Aldo Barrios.
Lo insólito ocurrió cuando, ya en la morgue, los familiares notaron que Richard se movía. Al ser revisado nuevamente por los médicos, constataron que su corazón aún latía. Fue reconectado a equipos, pero falleció definitivamente unas horas después.
El concejal Barrios relató la preocupación de la familia, que también denunció haber visto marcas extrañas en el abdomen del joven y cuestionaron la insistencia de los médicos en torno a la donación de órganos, lo que desató especulaciones en redes sociales sobre un posible intento de tráfico.
La directora del hospital, Katia Ayala, aclaró que los movimientos del cuerpo fueron reflejos involuntarios comunes en estos casos, y que se trató de una confusión médica, no de una “resurrección”.
El episodio dejó dolor e incertidumbre en la familia, que aún busca respuestas claras.
