Cuatro paraguayos regresaron al país tras completar una desafiante expedición de 11 días hasta el campo base del monte Everest. Alcanzaron los 5.364 metros de altitud, enfrentaron duras condiciones y celebraron con emoción el haber conquistado uno de los destinos más exigentes del mundo.
El grupo de paraguayos expresó que la unión fue clave durante la travesía, destacando la dificultad de describir con palabras todo lo vivido. Cada paso implicó un gran desafío, especialmente al llegar a los 4.500 metros sobre el nivel del mar, donde la falta de oxígeno se hizo más intensa. El cuerpo sintió el impacto de la altitud, complicando incluso la respiración.
La expedición tomó ocho días para llegar al campo base del monte Everest, una montaña con una altitud de aproximadamente 8,848 metros sobre el nivel del mar. Los paraguayos, a pesar de las adversidades, lograron completar la hazaña con determinación y compañerismo. El esfuerzo y la dedicación fueron claves para superar los desafíos que se presentaron en el camino.
Los montañistas describieron la experiencia como inolvidable y enriquecedora, resaltando la importancia de la preparación física y mental para enfrentar un reto de tal magnitud. A pesar de las dificultades, el grupo se mantuvo unido y solidario en todo momento, demostrando que la perseverancia y la colaboración son fundamentales para alcanzar metas tan ambiciosas como llegar al campo base del monte Everest.
El regreso de los paraguayos al país fue recibido con alegría y orgullo, siendo reconocidos por su valentía y determinación para cumplir con éxito la expedición. Su historia inspira a otros a desafiar sus propios límites y a perseguir sus sueños con fuerza y dedicación. La travesía al monte Everest quedará grabada en la memoria de los protagonistas como un logro personal y un ejemplo de superación.