Un disparo en el pecho presentaba la suboficial Romina Poppof, hallada muerta el martes en su domicilio en Capiatá. El hecho lo reportó el concubino, otro suboficial. El caso fue caratulado como autoeliminación, pero la familia desmiente esta versión y responsabiliza a la pareja de Romina, con antecedentes por violencia. También acusan a los policías de encubrimiento.

El suboficial David Ojeda reportó el martes 12 de agosto a las 19:00 el hallazgo del cadáver de su pareja, la suboficial Romina Poppof (32), madre de tres niños. Según él, el cuerpo estaba en el sofá con un disparo en el pecho, realizado con el revólver reglamentario de la mujer.
La Policía y la Fiscalía intervinieron en el caso y lo caratularon como autoeliminación, hecho rechazado por la familia por una serie de factores.
En primer lugar, los antecedentes de violencia que presenta el suboficial Ojeda, quien, según los familiares de la víctima, maltrataba a la mujer de forma física y verbal.
Otro elemento llamativo es que el disparo haya sido en el pecho, algo muy atípico para casos de autoeliminación, en los que, lo más habitual cuando se utilizan armas, es que se apunte a la cabeza.
A esto se suma que el día del hecho era el cumpleaños de uno de los tres hijos de Romina, por lo tanto, los familiares están convencidos de que la suboficial no se quitaría la vida bajo ninguna circunstancia, y menos en una fecha especial para sus hijos.
Parientes y amigos se manifestaron ayer en Capiatá, a fin de exigir justicia para Romina y el cambio de la carátula, además de investigar al suboficial Ojeda como principal sospechoso. Fuente NPY